Como invitados que llegan tarde a la fiesta
de la primavera, los guayacanes hacen su aparición en el edén tabasqueño,
vistiendo de su eléctrico color
amarillo la planicie del estado.
Esta ocacion la aparición de los guayacanes
se retraso unos días, en espera de la caída de las primeras lluvias de la
temporada las cuales se esperaban desde finales de febrero, hecho que no pudo
concretarse por la falta de precipitaciones en todo el estado hecho que poco a
poco ha sido mas recurrente por el aumento en la temperatura en la región.
El guayacan es un árbol de entre 6 y 15
metros de altura, de madera dura y rígida, la cual es de las mas resistentes
del trópico, de vida larga, es resistente a plagas.
Una vez al año el guayacan brinda un
espectáculo único en la naturaleza, solo propio de regiones tropicales y
húmedas como Tabasco y otras regiones en el sureste mexicano, donde sus hojas
amarillas se mezclan con lo verde del paisaje y lo transparente del agua para
pintar por unos días las copas de los arboles en espera del próximo año donde
se repetirá como lo ha hecho por decenas de años este espectáculo multicolor
del edén.
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